sábado, 28 de febrero de 2015
viernes, 20 de febrero de 2015
El arte griego contexto histórico social y cultural
La historia de la Humanidad experimentó hacia el siglo V a.C. uno de sus más importantes puntos de inflexión. En ese momento, que coincide a grandes rasgos con la época clásica de Grecia, termina de definirse una de los grandes momentos de la civilización occidental, cuyos efectos perduran aún en nuestros días. Los antiguos griegos nos legaron una explicación racional del mundo y del hombre, la democracia como forma de gobierno y un canon artístico que ha servido como referencia al arte europeo, desde los romanos hasta el Neoclasicismo, pasando por el Renacimiento.
Pero es imposible entender el arte, la historia o la poesía de los griegos sin antes hacer siquiera una mención a sus antecedentes, a su paisaje, el clima, las montañas y el mar, en definitiva, al contexto que hizo posible el surgimiento de tan espléndida civilización. La Grecia clásica es el fruto de un largo proceso cultural, con etapas magníficas como las civilizaciones de Creta y Micenas, que se desarrollan entre los años 2100 y 1100 a.C. La civilización griega debe mucho también al paisaje, montañoso y fértil, presidido por un Mediterráneo salpicado por cientos de islas. La presencia del mar, más que separar sirve como nexo de unión entre sus territorios dispersos, una auténtica vía de expansión cultural cuyo influjo se hará sentir incluso en puntos muy alejados, como la península Ibérica.
El siglo VIII a.C. es considerado como el punto de partida de un período rico en logros culturales, en transformaciones sociales y políticas y en situaciones conflictivas. En este período, denominado Arcaico, que va hasta el siglo VI a.C., se empieza a gestar la importancia de Esparta y Atenas, mientras que la expansión colonial favorece la ampliación del mundo griego. El siglo VI constituye la etapa de consolidación del carácter griego, sobre todo a partir de la gran prueba que supone su enfrentamiento con los persas en las Guerras Médicas.
Durante el siglo V y parte del IV a.C., la etapa Clásica, tras las victorias sobre los persas en las batallas de Maratón y Salamina, los griegos consiguieron un alto nivel en todos los aspectos de su cultura, y lo lograron gracias, en parte, a su gran desarrollo económico. El motor de dicho desarrollo fue el comercio marítimo que sus mercaderes, excelentes navegantes, consiguieron extender por todo el Mediterráneo, apoyándose en las colonias que fueron creando a lo largo de sus costas.
Las rutas comerciales siguieron las costas del sur de Europa, comerciando con los etruscos en la península italiana y con los iberos en la península ibérica. Las mismas costas surcadas antes que ellos por los fenicios, abren un camino que deberá tener una importancia vital para el Mediterráneo en los siglos venideros. Para el mundo helénico, y en general para las culturas del oriente mediterráneo, el occidente es un mundo desconocido pero atrayente, los confines del mundo civilizado, límite marcado por las columnas de Hércules.
En el siglo V a.C., el siglo de Pericles, Grecia es un mosaico de ciudades-estado o poleis independientes. Cada una de ellas era una unidad política, social, económica y cultural autónoma, y tenía un territorio bajo su dominio para la explotación agrícola y ganadera. La ciudad y su entorno constituían la polis. De nuevo el paisaje nos sirve para explicarnos esta fragmentación territorial, pues el montañoso paisaje griego dificultaba enormemente las comunicaciones entre las distintas poblaciones.
En este conglomerado, Atenas ocupaba una posición central dentro del mundo griego. Disponía de un excelente puerto -El Pireo- a pocos kilómetros, lo que le permitía dominar con sus barcos la navegación por el Egeo. También contaba con buenos apoyos al otro lado de este mar, en la costa oriental de Asia. Con estas bases, Atenas se asentó como la polis que alcanzó un mayor desarrollo económico, social, político y artístico entre las demás ciudades, gracias al imperio comercial que sus navegantes y mercaderes crearon en el Mediterráneo. En esta expansión ateniense tuvo mucho que ver, sin duda, la implantación de un sistema de gobierno democrático, así como la atención que sus ciudadanos dedicaron al arte, al teatro, a la filosofía.... poniendo los cimientos de nuestra propia cultura occidental.
Tal expansión de Atenas y otras poleis griegas se plasma en la construcción de magníficas obras de arte, cuya importancia trasciende las fronteras del tiempo. El Partenón, terminado de construir hacia el año 432 a.C., los Propíleos, el Erecteion o el templo de Atenea Niké, en la Acrópolis de Atenas, testimonian el magnífico momento que la ciudad atraviesa.
Con todo, la hegemonía ateniense tuvo siempre enfrente a su gran rival, Esparta. A finales del siglo V ambas ciudades y sus respectivos aliados se enfrentaron en la Guerra del Peloponeso. Esta lucha provocó una transformación del mundo clásico. La derrota de Atenas abrió una época de enfrentamientos de las ciudades griegas entre sí, que duró casi todo el siglo IV a.C. Este clima de inestabilidad abrió la puerta a la conquista de todas ellas por Macedonia y Alejandro Magno. Esta conquista supone para Grecia la novedad de hallarse bajo un único mando, formando la cabeza de un imperio que se extenderá por Egipto y todo el Oriente, hasta llegar a la India.
Poco habría de durar, sin embargo, tan magno imperio. La muerte de Alejandro en el año 332 a.C. significó la división de su imperio entre sus generales, dando lugar a varios reinos independientes. Las continuas luchas entre ellos y sus vecinos permitirá a Roma conquistar Grecia en el siglo II a.C. Desde entonces Grecia se convirtió en una provincia romana. La etapa que va desde la muerte de Alejandro hasta el año 30 a.C., momento en que Augusto se apoderó de Roma, es denominada Periodo Helenístico.
Atenas sigue conservando su antiguo prestigio como foco cultural y artístico, aunque ciudades como Pérgamo, Mileto, Rodas o Alejandría se encargarán de la realización de las principales manifestaciones artísticas de esta etapa final de la cultura griega antigua. El contacto directo de Roma con las ideas y el arte griego, así como la adopción de casi todas sus realizaciones como propias, permitirá la pervivencia de la cultura helénica, que a partir de entonces pasa a formar parte de la civilización occidental
Orígenes del arte griego
El arte prehelénico se suele dividir en dos periodos: el minoico y el micénico. La etapa minoica tiene lugar en la isla de Creta, situándose cronológicamente entre el 1800 y el 1450 a. C. mientras que el periodo micénico se desarrolla en la península del Peloponeso y las costas de Asia Menor entre los años 1400 y 1100 a. C.
En ambos momentos se utilizarán las estructuras adinteladas, apareciendo la columna con un papel determinante. Son columnas de madera que tienen el fuste en disminución hacia abajo y un capitel constituido por un grueso toro y un ábaco en forma de paralelepípedo. En este periodo se configurará un tipo de edificio que tendrá importancia en la época clásica: el megarón, núcleo del palacio y germen del futuro templo griego.
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Palacio de Cnosos |
La arquitectura minoica está caracterizada por los palacios, de los que conocemos un buen número, siendo los más importantes los de Cnosos, Faistós, Hagia Triada y Malia.
Sus características son las siguientes características , su situación sobre una colina; su orientación norte-sur; el patio central en torno al que se disponen las habitaciones unidas por corredores y escaleras; la división del espacio en áreas especializadas con una zona administrativa, las dependencias residenciales y los almacenes...
El palacio de Cnosos es el mejor conocido gracias a las excavaciones realizadas por Evans en los años iniciales del siglo XX. Se considera que sería la residencia del mítico rey Minos. La mayoría de las dependencias estaban decoradas por pinturas al fresco, apareciendo escenas de jóvenes que saltan sobre toros, procesiones de portadores de ofrendas o figuras aisladas como la Parisina o el Príncipe de los lirios. Al igual que en la pintura egipcia, las figuras continúan apareciendo de perfil mientras los colores son planos.
La escultura minoica está definida por un grupo de pequeñas figuras realizadas en cerámica vidriada o loza que reciben el nombre de diosas de las serpientes aunque se piensa que se trataría de sacerdotisas. Llevan el pecho al descubierto y las serpientes se enroscan en sus brazos. Los relieves de tres vasos procedentes de Hagia Triada son los mejores exponentes de la calidad de los artistas minoicos. Los Vasos de Vafio tienen relieves, realizados sobre oro, representando escenas campestres. Así mismo han aparecido extraordinarios relieves cerámicos con cabras y vacas amamantando a sus crías. Los recipientes cerámicos serán decorados con temáticas vegetales y animales, siendo característicos los estilos de Kamáres y de Palacio.
Son escasos los restos arqueológicos que han quedado de la cultura micénica, denominada de esta manera por Schliemann al trabajar en las excavaciones del Círculo A de tumbas en Micenas. Los hallazgos fueron las tumbas de fosa o de pozo, situadas en las afueras de las ciudades y señaladas mediante estelas clavadas en el suelo y rodeadas de un muro circular. Después vendrán las tumbas con largo corredor (llamado dromos) y cámara circular al fondo(denominada tholos), cubierta con falsa bóveda. Las más importantes son las de Micenas donde destaca el llamado Tesoro de Atreo, realizada en sillería.
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Palacio de Tirinto |
Nos han quedado algunos restos de las pinturas que decoraban los palacios micénicos, realizadas también al fresco con colores intensos como el amarillo, rojo, azul o blanco. La temática continúa la tradición minoica apareciendo procesiones de oferentes, animales, escenas de toros, apareciendo como novedad escenas de guerra y caza.
En cuanto a la escultura, destaca la ausencia de la escultura monumental a excepción del relieve de la Puerta de los Leones. Serán más frecuentes las pequeñas figurillas, realizadas en piedra, terracota o marfil, y los relieves de las estelas. En esas tumbas también se han hallado las llamadas máscaras de oro fino donde se ha intentado representar la fisonomía de los difuntos, destacando la llamada Máscara de Agamenón.
Las diferentes invasiones de eolios, jonios y dorios acabarán con el arte prehelénico, sentándose las bases para el desarrollo de un nuevo estilo que se divide en tres grandes etapas: arcaico, hasta el siglo V a. C.; clásico que corresponde a los siglos V y IV a. C., y helenístico que abarca desde la etapa de Alejandro hasta la colonización romana.
sábado, 14 de febrero de 2015
Arte Rupestre del Arco Levantino. Aragón
¿Sabías que Aragón alberga valiosos ejemplos de arte prehistórico?.
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Abrigo del Tío Garroso (Alacón.Teruel) |
El Somontano de Barbastro (Huesca) y en la Sierra de Albarracín, Alcañiz, el Parque Cultural del río Martín y el Matarraña , todo en la provincia de Teruel. Además de ser un Itinerario Cultural Europeo, estas obras fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Te invito a que hagas esta ruta del arte rupestre levantino aragonés
Arte Prehistórico en la Península Ibérica
El primer arte de la Humanidad aparece en la etapa de la historia llamada Paleolítico Superior, que comprende entre los 30.000 y los 8.000 años a.C. En esos tiempos existía en Europa un clima rudo, con alternancia de largos milenios de frío húmedo y frío seco, siempre dentro de lo que comúnmente se denomina un período glaciar, y con otras etapas, llamadas interglaciares, de clima menos riguroso y algo más cortas.
Los hombres que habitaron en este periodo vivían de la caza y la recolección y habitaban en cuevas o abrigos rocosos, de forma estacional. En estos lugares desarrollaron un arte, el primero de la Humanidad. Las paredes de las cavernas fueron decoradas con pinturas, al tiempo que realizaron pequeñas esculturas y objetos de arte mueble.... Si quieres saber más visiona este vídeo de Arte e HIstoria
Arte Prehistórico
Antes de comenzar con el arte prehistórico, es interesante saber algo más sobre nuestros antepasados...para ello te invito a que te acerques hasta ATAPUERCA uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Europa y donde se descubrió al considerado como primer europeo el Hommo Antecessor.

Es una especie extinta perteneciente al género Homo, considerada la especie homínida más antigua de Europa y probable ancestro de la línea Homo heidelbergensis - H. neanderthalensis. Vivió hace unos 900 000 años. Eran individuos altos, fuertes, con rostro de rasgos arcaicos y cerebro más pequeño que el del hombre actual, y con menos circunvoluciones cerebrales.

Es una especie extinta perteneciente al género Homo, considerada la especie homínida más antigua de Europa y probable ancestro de la línea Homo heidelbergensis - H. neanderthalensis. Vivió hace unos 900 000 años. Eran individuos altos, fuertes, con rostro de rasgos arcaicos y cerebro más pequeño que el del hombre actual, y con menos circunvoluciones cerebrales.
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